El queso ricotta es usado en infinidad de recetas tanto dulces como saladas, ahora que está tan de moda tener libros de cocina de diversos países, siempre aparecen en sus índices alguna preparación donde se utilice ese queso. Y la verdad sea dicha el mayor problema que le veo ha sido el encontrarlo, porque por lo demás me parece delicioso. Por lo que cansada de buscarlo de tienda en tienda os traigo una receta de cómo hacer queso ricotta casero que puede sustituir perfectamente al comercial.
El queso ricotta es un queso de subproductos. Su nombre ricotta, que significa cocinar otra vez, hace referencia a su método de producción utilizado en su elaboración. Y es que este queso se hace a partir del suero drenado de quesos como mozarella, provolone y otras variedades. Aunque normalmente se combine con leche, tanto entera como descremada de vaca, para obtener el producto final. Para elaborarlo nosotros mismos vamos a necesitar unos ingredientes muy sencillos y que normalmente hay en todas las neveras.
Ingredientes para hacer queso ricotta en casa
500 ml de leche entera o desnatada, 200 ml de nata líquida, 1 y 1/2 cucharadas soperas de vinagre blanco de calidad, 1 cucharadita de sal
Cómo hacer queso ricotta casero
Comenzaremos calentando la leche con la nata y la cucharadita de sal. La llevamos hasta ebullición, cuando comience a hervir retiramos la olla del fuego y le añadimos el vinagre, removiendo bien para que se mezcle. Veremos que al cabo de cinco minutos la leche se empieza como a cortar y formar grumos.
Cuando pase este tiempo es el momento de pasarla a un colador con una gasa para drenar el suero. Dejarlo escurrir como mínimo una hora, apretar la gasa de vez en cuando para que suelte bien el líquido. Cuando pase la hora ya se podría usar, pero si no tenemos prisa se puede dejar ocho horas escurriendo en el colador refrigerado. Después guardar en un recipiente hermético, siempre en la nevera.
Tiempo de elaboración | 90 minutos
Dificultad | Fácil
Dificultad | Fácil
Degustación
El queso ricotta es un producto que tiene poca duración por lo que no se debe de consumir si al abrir el recipiente hubiera cambiado su color blanco puro por un tono amarillento. Debe de usarse como mucho en cinco días después de su elaboración, mantenerlo siempre tapado y con poca cámara de aire en el interior del recipiente.
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